No todos los vinos se disfrutan igual durante todo el año. El clima, la comida y el ambiente influyen en la percepción del sabor, por eso no es lo mismo beber un tinto robusto en pleno agosto que en una cena de invierno.
Elegir el vino perfecto para cada estación no solo mejora la experiencia, sino que también permite disfrutar mejor de sus matices. En esta guía te contamos qué tipo de vino encaja mejor con cada momento del año, para que siempre aciertes al elegir.
Vinos para primavera: frescura y equilibrio
La primavera trae temperaturas suaves, días más largos y comidas más ligeras. Es el momento ideal para vinos que reflejen frescura, aromas florales y una acidez equilibrada.
Recomendaciones de vino para primavera
- Vinos blancos jóvenes: como el Verdejo o Sauvignon Blanc, perfectos para ensaladas, pescados y arroces.
- Vinos rosados: especialmente los afrutados y secos, como un rosado de Garnacha.
- Espumosos suaves: como un cava joven o un prosecco, ideales para aperitivos y brunch al aire libre.
Vinos para verano: ligereza y frescor
En verano buscamos bebidas más ligeras, refrescantes y fáciles de beber. Es la época de vinos fríos, bajos en taninos y con buena acidez.
Recomendaciones de vino para verano
- Blancos secos y ligeros: como el Albariño, perfecto para mariscos, pescados y sushi.
- Vinos rosados fríos: ideales para barbacoas, pastas frías o platos mediterráneos.
- Tintos jóvenes servidos frescos: como un Tempranillo joven o un Pinot Noir.
- Vinos espumosos: el cava brut nature o incluso espumosos rosados son perfectos para celebraciones veraniegas.
Vinos para otoño: cuerpo medio y notas especiadas
El otoño es una estación de transición. Los platos se vuelven más contundentes, y el clima invita a sabores algo más complejos, pero sin perder el equilibrio.
Recomendaciones de vino para otoño
- Tintos con crianza ligera: como un Rioja crianza o un Mencía.
- Blancos con más cuerpo: como un Chardonnay fermentado en barrica.
- Vinos tintos con notas a frutas maduras y especias: ideales para platos de setas, carnes blancas y guisos suaves.
Vinos para invierno: intensidad y calidez
En invierno apetecen platos más grasos, guisos, asados y quesos curados. Los vinos más intensos, con cuerpo y estructura, acompañan perfectamente estos sabores.
Recomendaciones de vino para invierno
- Tintos con crianza o reserva: como un Ribera del Duero reserva, con taninos marcados y notas a madera y fruta negra.
- Vinos generosos: como el Oporto o el Pedro Ximénez, ideales para postres o sobremesas.
- Vinos tintos con mucho cuerpo: como un Syrah o un Cabernet Sauvignon.
No hay una regla única, pero sí muchas pistas para elegir mejor. Adaptar el vino a la estación permite realzar sabores y disfrutar más cada copa.
- Primavera y verano: frescura, acidez y ligereza.
- Otoño e invierno: estructura, crianza y profundidad.
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